Más
Los
científicos buscan vida inteligente fuera de la Tierra, porque adentro no la
han podido encontrar...”
Este trino,
que tengo fijado en mi perfil de Twitter, ha empezado a tener mayor relevancia
con la visita del líder de la comunidad religiosa más grande del planeta. El
señor Jorge Mario Bergoglio (mejor conocido como el Papa Francisco Primero – no
pongo I porque más de uno lo leerá mal-) es un ser humano más, como usted, como
yo, como cualquiera que ha tenido la suerte de habitar este pedazo de roca y
agua que gira alrededor de una estrella de hidrógeno. Él, como muchos otros,
ocupa un puesto de privilegio que ha sido otorgado por un determinado número de
hombres (así, en el sentido más misógino de esa expresión, solamente lo
eligieron hombres, las mujeres de su territorio solamente sirven para mantener
la superstición altiva, pero sus opiniones y sus derechos son ridículamente
mínimos), y dentro de ese título que posee, no es más que un líder, que de no
ser por el redil que lo sigue, no tendría ninguna voz dentro los gobiernos que
buscan en él algo de consejo, por llamarlo de alguna forma.
Pero volvamos
al trino. ¿Qué tiene que ver la búsqueda de vida inteligente por fuera del
planeta con la visita del señor Bergoglio? Varias cosas:
1. El
comportamiento de las masas: ver el nivel de ridiculez al que llega un ser
humano con tal de ser identificado como parte sobresaliente de una masa de
gente al paso del vehículo oficial, puede llevar a varias conclusiones, la
principal, que la falta de inteligencia de nuestra raza humana es completamente
absoluta.
2. La supuesta
inteligencia que tienen nuestros líderes: la capacidad que tienen quienes gobiernan el territorio para
mantener convencida a la gente que lo que ellos hacen o han hecho es la única
vía para salir adelante, y si vemos a la religión como la suma de ritos,
supersticiones, tradiciones, que son dirigidas desde el Vaticano, demuestra que
ellos no son seres inteligentes, son unos oportunistas y a veces se pasan de
vivos, porque saben explotar los peores miedos de cada uno de quienes los
siguen. Es por eso que vemos en las calles tanta gente que pretende “ver” al
personaje, pretendiendo que este ínfimo instante de cruce en una vía le sirva
de “salvación”. Supersticiones y más supersticiones. ¿Quién dijo que una
persona solo porque está en un puesto de poder tiene la capacidad de salvar a
alguien con solo estar en su camino? No estoy criticando la creencia o la
espiritualidad que pueda tener una persona, estoy criticando la falta de
sentido común de sus expresiones de afecto y creencia, que no hacen más que
confirmar la falta de seres realmente inteligentes en este planeta.
3. ¿Qué es ser
inteligente? ¿Acaso yo lo soy?: La inteligencia no es simplemente la
acumulación de conocimientos. La inteligencia es saber darle uso a esos
conocimientos para hacer de este un mejor lugar. Yo a duras penas puedo pensar
en cómo sobrevivir y ayudar a mi familia, por eso no me considero inteligente.
La inteligencia debe estar alejada de todo egoísmo, vanidad y poder. Los
líderes mundiales, a quienes muchos consideran inteligentes, no piensan sino en
ellos, y en cómo mantener a la población contenta mientras ellos se enriquecen
y acaban con los pocos recursos que nos quedan. Si el señor Bergoglio fuera un
líder inteligente, permitiría que en su iglesia se acabaran esos ritos y
tradiciones, que la gente dejara de creer en sólo lo que él y sus cardenales
definan como lo que es único y cierto, daría cabida y participación a todos los
géneros, buscaría una solución global de equidad con calidad (no equidad por lo
bajo, como pretenden los gobiernos socialistas), y lo más importante, acabaría
con todos los límites, geográficos, políticos, administrativos, culturales,
raciales, etc. Escuchar a sus miles de fanáticos expresar a grito herido que su
religión es la única y verdadera, me enferma. Pretender que solo ellos tienen
la razón de lo que es bueno, de lo que está bien, de lo que es decente y
moralmente aceptable, de ser los únicos que pueden salvarnos (¿salvarnos de
qué?), y ser capaces de indicar, definir, obligarnos a pensar en todo eso,
también me enferma. Ese seguimiento ciego que hacen muchas personas, actuando en forma de masas incultas, ignorantes,
insensatas, crédulas, pero que con cada voz de aliento de su líder se hace más
fuerte, es motivo más que suficiente para dejar de pensar que ellos nos van a
llevar a algún lado. De seguir pensando así, la aniquilación es lo único que
nos queda, y al paso que vamos, esta va a ser pronto.
4. Importancia
de la ciencia: Si bien es cierto que para la búsqueda de vida inteligente en
otro lugar del universo, se requiere algo de conocimiento científico, también
es cierto que este conocimiento no es suficiente, y que a su vez este se
necesita para poder vincular todas las acciones de nuestro diario vivir.
Entonces ¿por qué no creer en las ventajas de la ciencia en vez de la capacidad
de un ser divino? La ciencia ha explicado casi todo. Tiene una justificación
para la mayoría de incógnitas. Es capaz de formular hipótesis y demostrarlas
paso a paso, y así, la gente sigue creyendo que un ser divino es el que
controla todo. Se puede demostrar que lo que cree no tiene sentido, pero igual
creen. Y esta ha sido la razón por la cual se han iniciado muchas guerras. No
todo tiene que ser religión, no todo tiene que ser política, no todo tiene que
ser comercio, pero todo sí tiene que ser ciencia. Sea cual sea. No importa si
es para descubrir que una pulga en un perro salta más que en un gato, quizás
más adelante esta investigación permita crear equipos, naves, aparatos que
hagan la vida más fácil a quienes sigan en la búsqueda de más conocimiento. No
importa qué se busque, siempre la ciencia y la experimentación científica debe
ser tenida en cuenta. (Aclaro, no soy científico, soy arquitecto).
Para
terminar, hay que ser agradecidos de ser un solo punto rocoso en medio de la nada,
y que esto nos ha permitido seguir con vida. Es muy probable que la vida
inteligente en otro planeta ya haya pasado por aquí y no nos haya visto, y ¡qué
suerte hemos tenido! Somos una mota de polvo en el infinito, y en esa mota se
encuentran quienes tienen la capacidad de destruirnos, a quienes nosotros
mismos les dimos ese poder, y que está comprobado no piensan hacer nada por
cambiar su mentalidad de querer dominar y controlar todo lo poco que somos, y
así y todo, existimos quienes creemos que todavía es posible hacer algo por
seguir viviendo acá, todos juntos, sin agredirnos, respetándonos,
complementándonos, ayudándonos… pero nuestros apasionamientos no nos dejan, y
quién sabe si algún día lo hagan.